La disminución de masa muscular (sarcopenia) y de fuerza y rendimiento (dinapenia) son deterioros fisiológicos que sobrevienen con la edad, acentuados a partir de los 60 años. Estos procesos disminuyen la capacidad funcional de las personas dificultando el mantenimiento de posturas saludables, causando problemas de equilibrio, llegando a provocar caídas y dolores articulares, muy comunes a partir de cierta edad.
Para frenar este deterioro, la propuesta más común es la del ejercicio físico, que reducirá esta disminución funcional, mejorará nuestra salud articular y por lo tanto ganaremos calidad de vida.
En cuanto al tipo de ejercicio sugerido, se recomiendan en primer lugar los de bajo impacto, como los que se pueden realizar en el medio acuático seguidos del ejercicio guiado, realizado en máquinas de gimnasio y por último, ejercicios con el propio peso del individuo y de peso libre.
Si hablamos de seguridad y si queremos reducir el riesgo de lesión en personas mayores, los más indicados normalmente son los dos primeros. Por su bajo impacto o porque el movimiento lo guía una máquina, dejando la función de estabilización a la máquina en cuestión. A los dos últimos mencionados se les atribuye un mayor riesgo ya que el control motor depende de la persona que lo realiza.
Efectivamente, buscamos que nuestros mayores estén saludables y que el ejercicio sea seguro, pero quizás esa sobreprotección en ciertos casos sea negativa o no crea un estímulo suficiente para que los beneficios sean realmente significativos. Si queremos trabajar la fuerza, mejorando su control motor (equilibrio), debemos diseñar ejercicios que cumplan estos requisitos, valorando las capacidades físicas de la persona en ese momento y que le cree un desafío en una situación controlada. Por ejemplo, personas para las que su mayor dificultad consiste en levantarse del asiento, subir o bajar escaleras, claro que pueden mejorar su fuerza en una máquina de cuádriceps. Pero si su miedo es que no se encuentran estables a la hora de levantarse, bajar o subir escaleras, quizás sería más interesante poner medios de ayuda como barras de apoyo, escalones más pequeños o variar la altura del asiento para facilitarles ese movimiento pero que al final y al cabo sea realizado por ellos mismo. Esto mejora la fuerza y la confianza de las personas porque se ven capaces de realizar estos movimientos.
Por último, concluir que mientras más activa sea nuestra vida antes de haber cumplido los 60, mejor será nuestra capacidad muscular, y el mantenimiento de la misma a partir de esta edad, no nos será tan complicado como comenzar a hacer ejercicio una vez ya pasada.