Hoy en día seguimos con la convicción de que nuestra salud va directamente relacionada con el número que nos marca la báscula o el tan famoso “IMC” índice de masa corporal.

Esto son verdades a medias, es cierto que cuanto menos peso tenemos, menos grasa tenemos. Pero hay un factor que nunca tenemos en cuenta y es la masa muscular, que además de no tomar conciencia de ellas, muchas personas le tiene hasta miedo.Ese miedo infundado por el mundo del fitness donde las ganancias de fuerza están asociadas a unos músculos exageradamente grandes y poco llamativos para cualquier persona que no se dedica a este tipo culto.

Si fragmentamos el peso de una persona podemos compartimentarlo entre el peso de los músculos, peso visceral(nuestros órganos), peso óseo y la peso de la grasa. Este último es el que debe preocuparnos, en términos actuales se relaciona el % de grasa que hay en nuestro cuerpo con infinidad de enfermedades cardiovasculares, mas que el peso en sí(Se recomienda en mujeres que el % oscile entre 23%-33% de masa grasa y entre un 11%-18% en hombres).
Limitando nuestras comidas a la mitad o la suprimimos con batidos o barritas “mágicas” en el que buscamos perder 2 kg en 2 días quizás deberíamos fijarnos, esos dos kg de que compartimento han salido. Quizás esos 2 kg hayan sido en parte grasa y en parte músculo, por lo que el % de peligrosidad sigue siendo alto, ya que de grasa solo has perdido una parte de ese peso, aunque la báscula marque 2 kg menos.
Entonces, ¿Cuál sería el abordaje optimo?
Desde el punto de vista saludable, lo correcto sería visitar a un especialista en nutrición que valore tu estado de salud, hábitos alimenticios y te asesore sobre como cambiarlos. Además de incluir en tu vida diaria ejercicio físico adaptado a tu condición física, estado de salud y que por objetivo utilice estrategias para activar tu metabolismo que optimicen la utilización de grasas, no solo durante el ejercicio, sino durante la parte activa de tu vida diaria.
Añadir que el entrenamiento de fuerza adaptado, se ha observado que beneficia reduciendo el dolor articular y mejorando la funcionalidad de nuestro organismo. Todo esto nos lleva a ser mas activos, por lo que aumentamos nuestro gasto energético diario, somos más activos por lo que “quemamos más calorías”, perdemos masa grasa y no sentimos mejor.